La triple escalera helicoidal del convento de Santo Domingo de Bonaval, en Santiago de Compostela, obra de Domingo de Andrade, data de finales del siglo XVII (1690-1715), un encargo del arzobispo fray Antonio Monroy
Domingo de Andrade ( Cee, 1639 – †Santiago de Compostela,
12-11-1712), fue un arquitecto español de la segunda mitad del S. XVII y
comienzos del XVIII y principal promotor en Galicia del tránsito al barroco.
Es un ejercicio arquitectónico extraordinario: En realidad
son tres escaleras independientes que conducen a celdas en distintas plantas.
antes esas celdas eran independientes; hoy, al convertirse en Museo Do Pobo
Galego, las dependiencias ya se comunican.
Las escaleras se cortan abruptamente
y dejan el corazón confundido por el vértigo de los círculos dibujados arriba y
abajo (el cielo, el infierno) y el ser humano colgado e incomunicado en esta
escalera.
No deja de sorprender la contradicción implícita en este
ejercicio matemático: construcción para unir plantas, espacios, y a la vez incomunicadas
entre sí y conducentes al final a la nada.
Pero su belleza subyuga, hipnotiza y nos lleva a la reflexión: también la arquitectura nos habla y mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario