Los trabajos y los días en el País del Sol. La llegada a la costa de un grupo de "sin papeles".
10.9.20
Oficios en el País del Sol: el dominó
Los
trabajos y los días en el país del Sol. Más de 30 años a la mesa,
girando alrededor de la fortaleza, cobijados a su sombra TODOS los días
del verano
Parcelas delimitadas
A la conquista
Nuevos poteadores
Los trabajos y los días en el país del Sol. Los nuevos porteadores a la busca de una parcela privada
Izada la bandera: señal de conquista
Los trabajos y los días en el país del Sol. Tomada la atalaya, hay que tomar posesión de la misma plantando la bandera
El asalto al castillo-fortaleza
Los trabajos y los días en El país del Sol. El asalto diario al castillo
Misterio
Perplejidad del niño: por más que se esfuerza no puede sacar el agua de su agujero en la playa.
Versión moderna del cuento de san Agustín según el cuál un niño intentaba llenar su agujero con toda el agua del mar.
28.8.20
Día de la fotografía
Día de la fotografía. Dudo qué foto elegir... Finalmente me decido por estas obras de la naturaleza que me fascinan, nunca me cansan, por la originalidad de las formaciones con el elemento más mínimo, el grano de arena, unidad mínima de tierra, y la fuerza creadora del agua. Momento previo a la aparición de la vida, cuando la tierra y el agua se abrazan, se besan, y crean imágenes luego copiadas por los artistas
El Curadillo
En un puerto del Cantábrico encontré esta técnica de conservación del pescado. Se trata del curadillo, un procedimiento ancestral para conservar el pescado sin ningún tipo de conservante, ni siquiera sal, por ser muy costosa. Era un recurso alimenticio de la población más humilde. Hoy ha sido incorporado por los cocineros de moda y ahora es un plato altamente cotizado... Qué cosas!!! Me recuerda a mi infancia, cuando el único pescado que llegaba a mi pueblo era el bacalao salado. Mi madre compraba las colas del bacalao y las guisaba a veces con patatas, otras con arroz. En Semana Santa era un plato exquisito el bacalao frito y el sumum: en escabeche. Pero era... Una vez al año
Aún me viene a la boca el sabroso regusto del cachito de bacalao que nos daba Martín, el de la tienda de ultramarinos, a la chavalería cuando acudíamos y le decíamos: "Martín, danos un cachito de bacalao“y él, a regañadientes, pero en el fondo contento de hacernos felices, él, que no tenía hijos... Nos cortaba un trocito con la guillotina que tenía en el mostrador. Me encantaba el sonido que hacía ese corte salado que luego demoraba largo rato en mi boca.
Hoy el bacalao ha subido de precio y ocupa las cocinas más afamadas y en los más variados registros
La dalia roja
La dalia roja, la dalia blanca… ¿y si no se decide qué color elegir cuando debe salir al sol? ¿Y si quiere ser a la vez roja y blanca, o la mitad roja y la mitad blanca? ¿Y si quiere probar a teñir con unas pinceladas blancas unos cuantos pétalos rojos? Así me encontré a ésta: bellísima en su originalidad. No había otra igual en toda la planta.
¿Por qué perseguir la homogeneidad si todo es variedad, mutación, mezcla, mestizaje, experimentación, evolución…?
También los árboles sangran
También los árboles sangran,
también los árboles lloran.
Herida de un pino al que han arrancado una rama
también los árboles lloran.
Herida de un pino al que han arrancado una rama
El Besaya, juegos de agua
El agua, el bien más preciado, imprescindible, portadora de la vida, tesoro que aún corre libre y pura por estos ríos del norte. Miradla, cuidadla, protegedla... En pocos años será el bien más escaso y provocará auténticas guerras, en una feroz lucha por la vida
Juego de agua
El agua, el bien más preciado, imprescindible, portadora de la vida, tesoro que aún corre libre y pura por estos ríos del norte. Miradla, cuidadla, protegedla... En pocos años será el bien más escaso y provocará auténticas guerras, en una feroz lucha por la vida
El tejo, abrasado por el calor de días anteriores
El tejo, abrasado por el calor de días anteriores, hoy entregado, radiante, por las gotas de la niebla húmeda, inesperada, de una mañana de agosto
Dignidad 3: El General Riego
(continuación) Recuerdo a una alumna en uno de los viajes culturales al Museo del Prado que se quedó emocionada, con la boca abierta, al comprobar que uno de los cuadros que estaban en su libro de Historia del Arte era el mismo, pero muchísimo más grande, que el que contemplaba en ese momento. Y se le iluminó la cara mientras repetía “¡¡¡éste lo conozco, está en mi libro de arte!!!”. La conexión entre la realidad y lo representado fue para ella un momento glorioso de felicidad. Así me sentí yo al leer las palabras de Riego en ese espacio pisado por él hace 200 años, y todas las horas de estudio sobre la historia de España, el absolutismo, el Trienio Liberal, Las Cortes de Cádiz, la Constitución de 1812…afloraron a mi memoria y completaron el puzle con la música del himno de Riego… Viajar ayuda a poner orden y dar sentido a lo que estudiamos.
Y dos días después de este encuentro, casi como una premonición, el Borbón rey Emérito emprende la huida de España como ya hicieron Isabel II y Alfonso XIII, pero en este caso empujado por las cuentas oscuras de negocios turbios e indignos.
Tineo y el General Riego
Cuando salimos de vacaciones, sin más pretensiones que poblar los días de anécdotas, imágenes… una colección de experiencias luego convertidas en recuerdos hermosos para compartir a la vuelta, o durante el mismo viaje, como hacemos hoy gracias a las tecnologías… nos damos de bruces con detalles interesantes de nuestros recorridos que a veces nos sorprenden.
Para evitar que se nos escapen, debemos levantar la cabeza, abrir nuestros radares sensoriales y decodificar mensajes ocultos en las piedras, en los rincones de las calles, en los ventanales, en el perfume del aire, en el canto de los pájaros…
Así, con la cabeza levantada, iba uno de estos días ensimismada y me he topado en una pared con una imagen que recordaba el hermanamiento de Tineo con Las Cabezas de San Juan, el pueblo de la provincia de Sevilla. Hermanamiento? Por qué? Y a la vuelta de la esquina estaba la respuesta. Una placa señalaba que desde ese balcón el General Riego arengó al pueblo de Tineo: “El amor a la Patria me decidió a ponerme a la cabeza de los dignos españoles que despreciando los cadalsos juraron libertad o muerte…”el 4 de octubre de 1820 (otra vez la palabra dignidad, vaya!!!)
Ese mismo General Riego que en Las Cabezas de San Juan se pronunció el 1 de enero de 1820 a favor de la Constitución de 1812 que daría lugar al llamado Trienio Liberal, de 1820 a 1823. Justo ahora hace 200 años que pondría fin al absolutismo borbónico.
Necesitamos saber más y actualizar nuestros conocimientos históricos a la vez que descubrimos la presencia de Riego en toda la comarca, desde la plaza Mayor de Tineo, donde arengó al pueblo, hasta una casa en Cangas de Narcea donde se casó por poderes con una sobrina suya y la casa natal en Tuña, otra aldea donde se encuentra un busto y un amplio mural elaborado por artistas y el alumnado de centros educativos de la zona. (continúa)
Distancia de seguridad
Distancia de seguridad a la espera del autobús. O "como las sillas de mi casa... No hay mejor para esperar"
El Faedo 2
(continuación) La emoción le embarga e intento llevar su conversación al Faedo y sus ojos se iluminan bajo esta mascarilla impuesta que no puede acallar nuestras voces. Es un resto de los bosques frondosos que poblaban toda esta región con hayas centenarias, una de ellas tiene unos 500 años. Catalogado por la Unesco Reserva de la Bioesfera. En 2017 considerado como uno de los bosques mejor cuidados. Y ello gracias a nuestro amigo Manuel y los amigos que reclutó para su protección y cuidado. Con los ojos brillantes señala que las cenizas de su hijo están esparcidas en este bosque y él ha decidido dedicar su vida a cuidarlo y darlo a conocer. Han construido un itinerario y lo han cubierto con pasarelas de madera que hacen transitable el recorrido para todas las personas. Han colocado casitas rústicas para pájaros e incluso la figura de un hada en lo alto de un haya que vigila atentamente a los que se adentran en este mundo mágico de colores cambiantes a lo largo del año. La leyenda “El carbón de Haeda”, escrita por Josefina Díaz del Cuadro, contribuye a fraguar el aire mágico del entorno. Las hayas, hoy de un verde intenso y cubiertas de musgo, evocan historias de elfos, hadas y trasgos que despiertan la imaginación de pequeños y mayores. Eleva la voz Manuel: ”Y todo ello sin poner un euro ni el ayuntamiento ni la Diputación, ni el Gobierno. Nosotros solos, unos cuantos locos del pueblo para que esto no se pierda”.
Manuel nos lleva hasta el límite del bosque donde el curso del río se encajonaba entre dos piedras verticales y un pequeño remanso de agua invita a descansar. De la misma manera que apareció se fue piedras arriba con la agilidad de un adolescente para completar su ruta diaria con la figura de su hijo en su mente.
Manuel, el minero, otra vida de dignidad, lástima que no le hice una foto.
El Faedo
(continuación) Manuel perdió a su hijo en el accidente minero más mortal de las últimas décadas de la minería española. Una explosión de grisú se llevó la vida de 6 mineros y dejó malheridos a otros cinco una mañana de octubre de 2013, aquí, cerca de su casa. Su hijo, también Manuel, con cuarenta años recién cumplidos, incorporado hacía pocos días tras el nacimiento de su primera hija, desapareció por una negligencia de la empresa que no aplicó las medidas de seguridad necesarias para proteger a los trabajadores. Los recortes salariales y la poca inversión en seguridad fue la causa. Si un hijo pierde a su padre o a su madre queda huérfano; si una mujer o un hombre pierden a su pareja se llaman viudas o viudos. ¿Cómo se llama cuando se pierde un hijo o una hija? No existe en la lengua una palabra que defina ese estado, el dolor más grande: ver morir a un hijo o una hija. Quizás porque estamos diseñados para sobrevivir a nuestros progenitores… Desde entonces Manuel padre tiene a su hijo presente en cada uno de los actos de su vida cotidiana, denunciando las condiciones en las que se produjo el desastre y exigiendo a las autoridades que se abra una investigación para que la empresa asuma sus responsabilidades y se juzgue a los culpables. Lleva casi siete años peleando por conseguirlo hablando en las radios y televisiones, aceptando entrevistas de distintos medios para dar a conocer el caso, rebelándose contra las fuerzas ocultas que intentan comprar su silencio para que se olvide el caso… pero “Al principio estábamos juntas todas las familias de los afectados… pero poco a poco los han ido comprando y me he quedado solo. No me importa, no hay dinero que pueda devolverme a mi hijo. Lo único que tengo es mi dignidad y esa… no me la quita nadie. Seguiré solo hasta que no pueda más porque mi hijo haría lo mismo por mí y es lo único que puedo hacer para mantenerlo vivo para su hija. Así que acudo con mi cartel pidiendo justicia al ayuntamiento y si me acompaña alguien bien, si no también.”
(continúa)
Dignidad 3
Habíamos emprendido la ruta al Faedo, una promesa de frescura según los folletos de turismo, pero el sol estaba bien en lo alto ya. Después de algo más de una hora caminando al lado del cauce seco de un riachuelo y aunque el camino era fácil y llaneaba todo el tiempo, no veíamos más que algún caballo suelto pastando y las rapaces revoloteando por encima de las paredes desnudas que bordeaban el cauce. Era el camino a las minas de carbón que se encontraban a unos cuantos kilómetros más. Un túnel cerrado ahora y unas vagonetas herrumbrosas eran las muestras de aquellos años cuando eran utilizadas para transportar a los mineros hasta el pozo que les conducía a 600 metros de profundidad para extraer el carbón.
Un letrero señalaba la dirección del Faedo cuando ya dudábamos de encontrarlo. Y de pronto, como una aparición, salió de entre unos zarzales un hombre de unos 70 años, con su atuendo de avezado montañero, su bastón, su gorra, sus botas firmes y…su mascarilla reglamentaria en estos días de Cobid. “Muy buenos días… qué? Al Faedo? Sí, sí, por aquí… yo les acompaño. Esto me lo hago yo todos los días…” y empezó una conversación que nos condujo a conocer la dolorida historia de la comarca minera. “Manuel, a secas, minero, ese es mi nombre y aquí todo el mundo me conoce”. Manuel es natural de la comarca, minero durante más de 30 años, hijo de minero y padre de minero, curtido en las luchas de los años 80 y 90 cuando la reconversión industrial de toda la zona norte del país fue contestada con numerosas huelgas.
(continúa)
"Homenaje a la dignidad"2
(continuación) La magia de la tecnología nos saca de dudas: el capitán Juan Rodríguez Lozano fue juzgado y condenado a pena de muerte al inicio de la guerra civil por el ejército sublevado en agosto de 1936.
Ahora sí, El capitán Lozano, nacido en Alange (Badajoz), fue el abuelo del antiguo Presidente de gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, al que el Presidente señaló como origen de su vocación política y de su ideario socialista. Y los recuerdos de noticias pasadas se activaron y se cargaron de forma y de contenido.
Así quedará en mi memoria el lugar: “Sí, te acuerdas?... cuando estuvimos en Babia, al lado de la Luna, donde aparecieron las palabras del abuelo de Zapatero para recordarnos la importancia de la DIGNIDAD”
“Homenaje a la dignidad”
Además de quedarte en casa, durante el verano del sur, en el igloo en que conviertes tu cuarto para sobrellevar el calor, cabe la posibilidad de buscar refugio en el norte donde la sombra es realmente fresca. Y en ese camino por tierras desconocidas te encuentras tesoros que te sacuden la rutina de lo evidente, de lo previsible, “de esa resignación” corrosiva en la que vamos sumiéndonos por los avatares de la vida.
Y para que no se me olviden los anoto brevemente y se convierten en los hitos destacados de cada viaje. Una de estas mañanas transitando por carreteras vacías, amplias, que unen, como cintas, desconocidas poblaciones, somnolientas bajo el sol del verano, con nombres sonoros y evocadores como Beberino, Cabornera (que no Carbonera), Paradilla, o el puerto de Aralla… y justo ahí, mirando al frente se abren unos valles maravillosos enmarcados por unas escarpaduras montañosas de piedras desnudas que te recuerdan lo pequeña que eres pero el inmenso poder que tienes de soñar, de superar esos límites: son los valles de Babia y La Luna. Afortunadas las personas naturales del lugar que cuando le preguntan ¿dónde está tu casa?, responden “En Babia”, o “En La Luna”…
Pues justo en ese paso de Aralla hay una pequeña venta, parada obligada para tomar algo, además de aire y quedarse un rato sentada, con la mirada perdida a lo lejos y dejarse ensimismar por la magia del monumento. Entonces te fijas en un monumento conmemorativo, y piensas en algún prócer o hijo ilustre del lugar que pasó por allí y lees la placa:
“Homenaje a la dignidad”
“Muero inocente y perdono… mi credo fue siempre un ansia de infinita de paz, el amor al bien y el mejoramiento social de los humildes”
Capitán Lozano 1895-1936
Capitán Lozano, el mismo nombre que repite el GPS cuando pasas por una calle de la cercana localidad donde me alojo. Y las neuronas se conectan y despiertan la curiosidad. Ese homenaje a la dignidad, con esas palabras, con esa fecha tan señalada, debe esconder a una persona destacada por esa hermosísima palabra: la dignidad. (Continuará)
No hay mejor camino que el amor
A veces, deambular sin un destino fijo, mientras vas enredada en tus pensamientos, y sin más objetivo que dejarte acariciar por la brisa que circula exclusivamente por las aceras en sombra, en una remota aldea de la que no recordarás su nombre... te encuentras de pronto en una fachada este mensaje... Y otra brisa nueva, ahora en el alma, despeja tus cielos interiores y los pensamientos vuelven a estar en orden.
27.8.20
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